El desafío del programa es convertir a Chile en un referente internacional en productividad y sustentabilidad, a través de acciones directas dentro del ciclo de vida de la edificación que permitan al sector contribuir activamente a un desarrollo económico dinámico y sostenido, basado en principios de equidad intergeneracional, competitividad, innovación, habitabilidad y bienestar de la comunidad.
Actualmente, la mayoría de los proyectos de edificación e infraestructura se diseñan y planifican en poco tiempo, con metodologías y herramientas obsoletas y con poca visión de sostenibilidad lo que no permite incorporar la complejidad que éstos conllevan y resguardar su calidad integral, traduciéndose en mayores tiempos y costos que los originalmente concebidos, afectando la productividad y retardando la disponibilidad de las obras para los fines que fueron creadas. Mejorar la competitividad y sustentabilidad del sector es uno de sus mayores desafíos, debido a su alto impacto económico, social y ambiental.